Aprender del viaje y conectar con un paisaje es, asimismo,
relacionarte con tu cuerpo, tu mente y tu alma. Supone un
inicio sanador ya que se incorpora una visión más amplia
y sistémica donde todo y todos estamos entrelazados: si algo
ocurre aquí, también afectará allá. Sumándolo todo sin
juzgar, extraeremos lo que somos. Entonces, el viaje, ese
momento y ese lugar, alcanzarán a mostrar lo que ocurre en
nuestro interior.